lunes, 30 de julio de 2007

Durruti



Durruti, fue un humilde obrero que llego a ser un destacado militante anarquista dentro de la CNT, el mayor sindicato de ideología anarquista de principios del siglo XX. No fue un comandante, un líder, ni tan siquiera un gran orador. Fue uno de los miles de libertarios que luchaban por la dignidad obrera, por un mundo más justo; sin explotadores ni explotados, sin dioses a los que someterse, sin patrias que nos separen, sin banderas por las que luchar …


Anarquista afincado en Barcelona. Inició su militancia sindical en el seno de la UGT, pero en 1917, tras la huelga general revolucionaria de este año fue expulsado del sindicato socialista, al haber manifestado una actitud radical. Un poco más tarde se exilió a Francia, para evitar el servicio militar, y no regresó hasta enero de 1919. Trabajando de mecánico en La Felguera obtuvo su primer carné de la CNT. Tras un nuevo exilio en Francia, en la primavera de 1920 creó el grupo de acción "Los Justicieros", que actuó en San Sebastián y en Zaragoza. En agosto de 1922, junto a Francisco Ascaso, creó el grupo Crisol, que unos meses más tarde, ya en Barcelona, se transformó en "Los Solidarios".


Al instaurarse la Dictadura de Primo de Rivera, en septiembre de 1923, se exilió a París, desde donde participó en el complot fallido de Vera de Bidasoa. En diciembre de 1924, siempre acompañado por Ascaso, marchó a América. Perseguido por la policía, viajó por Estados Unidos, Cuba, México, Chile, Argentina, hasta que en febrero de 1926 regresó a Europa.


En París fue detenido por la policía, acusado de organizar un atentado para asesinar a Alfonso XIII, en la visita que el rey español realizaba a París el 14 de julio de 1926. Tras unos meses de reclusión fue expulsado a la frontera belga, pero la policía belga lo devolvió a Francia.


No fue hasta comienzos de 1929 que consiguió residir legalmente en Bruselas. Regresó a Barcelona al proclamarse la Segunda República, y constituyó el grupo "Nosotros", más radical que la FAI.


Participó en todos los levantamientos anarquistas del período, y fue detenido en repetidas ocasiones. Miembro del comité de defensa confederal de Barcelona, tuvo una destacada participación en el aplastamiento de la insurrección militar que, en julio de 1936, inició la guerra civil. Fue miembro del Comité de Milicias Antifascistas de Cataluña y organizó la primera columna de milicianos voluntarios que marchó sobre Zaragoza.


El 13 de noviembre de 1936, ante la ofensiva franquista contra la capital de la República, fue trasladado con su columna al frente de Madrid, donde murió combatiendo en la Ciudad Universitaria, el 20 de noviembre de 1936. Su muerte estuvo envuelta de un halo de misterio, y hasta hoy no han faltado conjeturas, que apuntan a una bala perdida procedente de las líneas enemigas o al asesinato cometido por un miliciano desde sus propias filas o por un agente de Stalin. Su entierro en Barcelona fue una impresionante manifestación popular en la que se homenajeó a ese personaje que lleno de ilusión a un pueblo entero, a un pueblo que anhelaba vivir en una sociedad más justa.



“Por nada del mundo aquellos tiranos fascistas pasarán por donde estamos.
Esta es la consigna del frente. A ellos les decimos: "¡No pasaréis!".
Y a vosotros os corresponde gritar: ¡No pasarán!"
(Buenaventura Durruti)



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