martes, 31 de julio de 2007

Anarquismo

El anarquismo es probablemente la corriente política sobre la que se han dicho mayor cantidad de estupideces. En realidad, no tiene nada que ver con creer en el caos, la muerte y la destrucción. Los anarquistas no van por ahí cargados de bombas ni les parece ninguna virtud ir avasallando viejecitas.

No es accidental que la siniestra imagen del anarquista loco haya cobrado tanta aceptación. El Estado, la prensa y todo tipo de instituciones autoritarias utilizan todos los medios a su disposición para presentar la anarquía como un estado impensable de caos y asesinato. Poco podemos esperar de los "traficantes" de poder que, por otra parte, poco poder tendrían en sus manos si nos saliéramos con la nuestra. Necesitan creer en lo esencial de su autoridad y su obediencia para auto-justificar sus crímenes. La TV, la prensa y la industria cinematográfica predican la obediencia, y si la anarquía es mencionada, aparece como destrucción descerebrada.

La mencionada necesidad de autoridad está tan arraigada en la mente del ciudadano medio, que la anarquía, que simplemente significa "falta de gobierno", resulta impensable para la mayoría de la gente. La misma gente, por otra parte, admite que los reglamentos, regulaciones, impuestos, intromisiones y abusos de poder (por nombrar algunos) son como mínimo irritantes. Por lo general se piensa que no hay más remedio que aguantar en silencio porque la alternativa de "falta de poder, de autoridad y todo el mundo haciendo su propia voluntad" sería horrible. Sería la anarquía.

Sin embargo existe una variedad ilimitada de sociedades posibles sin Estado, y no todas ellas serían desagradables. ¡Todo lo contrario! Cualquier tipo de sociedad anarquista nos ahorraría las terribles distorsiones que produce el estado. La "parte negativa" del anarquismo, es decir, la abolición del Estado, se verá equilibrada por lo que la sustituya? una sociedad libre y de libre cooperación.

Hay varios tipos de anarquismo, y sus ideas difieren respecto a la organización de una nueva sociedad. Todos tienen en común que el estado deber ser sustituido por una sociedad sin clases y sin violencia (fuerza restrictiva, represión). Es precisamente debido a nuestra creencia en la libertad que nos negamos a establecer pautas muy cerradas. Sólo ofrecemos modelos posibles que se apoyan en la evidencia del día a día. De hecho la sociedad anarquista ya ha existido históricamente e hizo falta nada menos que un asesinato en masa para detenerla.

Otro error típico de aquéllos que saben algo más sobre el tema, es pensar que el anarquismo es una bella utopía, una idea hermosa pero impracticable. De hecho, el movimiento anarquista tiene un largo recorrido histórico y no surgió de teóricos encerrados en sus torres de marfil sino directamente de la lucha por la supervivencia de masas de gente corriente y oprimida. La anarquía siempre ha sido intensamente práctica en sus pretensiones y en su forma de hacer las cosas. El movimiento ha estado muy cerca de abrazar el éxito en varias ocasiones. Si realmente es tan de todo punto inviable, ¿por qué se empeña el Estado en exterminar la anarquía?

Anarquismo elemental

Muy poca gente parece entender el anarquismo pese a que es una idea muy sencilla y clara. Básicamente quiere decir "dirigir nuestras vidas en lugar de que nos manipulen".

No hay nada especialmente complicado en el anarquismo, excepto las terribles discusiones que conlleva, como por ejemplo; "imagínate el caos que habría si todo el mundo hiciera lo que quisiera". Sin embargo, ahora mismo vivimos en el caos. Millones de personas están en el paro, mientras otras están sobrecargadas de trabajo, de un trabajo por demás repetitivo y rutinario. Hay gente que se muere de hambre a la vez que se está arrojando comida al mar para mantener los precios. El aire se encuentra contaminado a causa del humo que desprenden coches muchas veces ocupados por una sola persona.

La lista de locuras y situaciones caóticas en la sociedad actual es interminable.

Incluso los "beneficios" del Estado son en realidad perjudiciales. La Seguridad Social, por ejemplo, se dedica a poner parches como un taller de reparación industrial, y en el fondo es algo parecido. Estos servicios nos hacen dependientes del Estado y lo peor de todo, nos compran por muy poco. Frenan nuestra propia iniciativa de crear una Seguridad Social autogestionada y enfocada hacia nuestras necesidades, no hacia las suyas.

La autoridad, por su propia naturaleza, sólo puede interferir e imponer cosas. Seguro que la gente corriente puede imaginarse alguna forma de organización que impida al Estado la destrucción de sus hogares para construir bloques vacíos de oficinas. Es un principio básico del anarquismo que sólo aquellas personas que viven en una determinada zona tienen derecho a decidir sobre su organización, y sobre los asuntos que conciernen a esa zona.

Todo el caos, a nuestro parecer, deriva de la autoridad y del Estado. Sin clases dirigentes y su necesidad de mantenernos esclavizados no habría Estado. Sin Estado nos encontraríamos en situación de organizarnos libremente según nuestros propios fines. No creemos que pudiéramos dar pie a una sociedad tan caótica como ésta en la que nos ha tocado vivir. La libre organización resultaría en una sociedad mucho más tranquila y equilibrada que la actual, cuyo mayor interés es el del robo sistemático y el exterminio de la mayoría de sus miembros.

Argumentos habituales contra el anarquismo.

A menudo nos preguntan cómo una sociedad anarquista trataría a los asesinos. ¿Quién los pararía sin policía?

La mayor parte de los asesinatos son crímenes pasionales y por tanto ni la policía ni nadie los puede prevenir. Esperamos, sin embargo, que en una sociedad más cuerda y menos frustrante no habrá tanta criminalidad.

Nuestros gobernantes dicen protegernos a los unos de los otros. En realidad sólo quieren protegerse a sí mismos y a su propiedad.
Si nosotros, como miembros de una comunidad local, fuéramos dueños de todos los recursos y los colectivizáramos, sería absurdo robar. Un importante motivo delictivo desaparecería.

Estas comunidades necesitarían organizar algún medio con que tratar a aquellos individuos que perjudicaran a los demás. En lugar de varios miles de policías profesionales, todos nos protegeríamos mutuamente.

Las cárceles son un fracaso a la hora de mejorar o reformar a los presos.

Los vecinos de una comunidad, conociendo mejor las circunstancias personales de cada cual, aportarían soluciones mejores y más adecuadas tanto para la víctima como para el acusado. Por otra parte, el actual sistema penal es el responsable de la creación de un comportamiento delictivo. Los presos que cumplen una condena larga a menudo se convierten en seres incapaces de sobrevivir fuera de una institución que tome todas las decisiones por ellos. ¿Cómo puede llegarse a la conclusión de que encerrar a unas personas con otras de carácter antisocial (los peores son los carceleros) va a desarrollar en el individuo un modelo de comportamiento responsable y razonable? Naturalmente, lo que ocurre es todo lo contrario? la mayoría de los presos reinciden.

Otra de las preguntas con las que se ha tenido enfrentar el anarquismo durante años es? "Pero quién haría todo el trabajo sucio?” Imaginamos que toda comunidad diseñaría un sistema rotativo. ¿Qué tiene de imposible?.

Otra pregunta: ¿y qué pasaría con aquél que se negara a trabajar? Se puede aplicar presión social, por ejemplo, condenar al individuo en cuestión al ostracismo. En casos drásticos la comunidad podría verse obligada a expulsar a alguien.

Sin embargo, la gente necesita trabajar. La gente tiene una verdadera necesidad creativa. Fijaos en la cantidad de gente que pasa horas arreglando su coche, o su moto, o cuidando su jardín, haciendo prendas de vestir, creando música. Todas están actividades creativas pueden ser muy entretenidas. A menudos se las considera aficiones más que trabajo, pero es que se nos ha enseñado a considerar el trabajo un tormento que no hay más remedio que aguantar.

En esta sociedad el trabajo es efectivamente un tormento, y naturalmente lo odiamos. Eso no quiere decir que seamos vagos por naturaleza sino que no nos gusta que nos traten como si fuéramos máquinas, obligados a hacer un trabajo en su mayor parte desprovisto de significado, para beneficio de otro. El trabajo no tiene porqué ser así, y si estuviera controlado por la gente que lo desempeña, desde luego no lo sería.

Por supuesto hay trabajos que es necesario hacer, y hay pocas formas de hacer que la recolección de basura sea una ocupación divertida. Todo el mundo debería ocuparse de ello cuando te tocara el turno y sería labor de todos controlar que nadie se escaqueara.

Otro punto importante es señalar que el desempleo es sólo un problema creado por el capitalismo. En un mundo más razonable no habría paro. Todo el mundo tendría menos horas de trabajo porque sólo se producirían los artículos necesarios. Si nos deshiciéramos de la parásita clase dirigente, nos liberaríamos de gran parte de la presión económica que nos obliga a trabajar.

Si todavía no estás convencido de que una sociedad anarquista podría resolver el problema de la gente que se escaquea de sus responsabilidades, imagínate a ti mismo obligado a enfrentarte a una asamblea de tu comunidad, donde se discutiera que tú representas un problema.

Otra objeción típica es? "Bueno, eso a lo mejor funcionaba a pequeña escala, en un pueblo campesino, pero ¿cómo puedes dirigir una sociedad altamente industrializada sin necesidad de dirigentes?" En primer lugar creemos que la sociedad necesita ser dividida en núcleos menores siempre que sea posible, para que puedan ser dirigidos por grupos pequeños de gente corriente. Es un rasgo notable en cuanto a teoría de la organización, así como un principio básico del anarquismo, que los grupos pequeños trabajan juntos de forma eficaz y son capaces de coordinarse con otros grupos parecidos, mientras que los grupos informes y a gran escala son fácilmente manipulables. Dentro de este mismo punto es interesante señalar que recientemente, las famosas "economías de escala" que justifican por ejemplo las fundiciones que cubren kilómetros cuadrados, están siendo altamente cuestionadas. Llega un cierto punto en que las fábricas, granjas, los sistemas administrativos y demás, pierden eficacia a medida que se hacen más grandes.

Se debe producir y consumir a escala local mientras sea posible. Sin embargo, algunos servicios tendrían que tratarse a nivel regional o incluso a mayor escala. Esto no es un problema irresoluble, de hecho la clase trabajadora del Estado Español encontró soluciones en los años 30. La Compañía de Autobuses de Barcelona dobló sus servicios, hizo generosas contribuciones al colectivo de "Entretenimiento" Ciudadano (actividades lúdicas) y produjo armas para el frente en los talleres de autobuses. Todo esto se consiguió con un número de trabajadores bastante reducido, ya que muchos se habían ido al frente para combatir el fascismo. Este increíble aumento de la eficacia, a pesar de la guerra y de la escasez de materiales, no es tan sorprendente después de todo, porque ¿quién puede dirigir una compañía de autobuses de la forma más idónea? Obviamente sus trabajadores.

Todos los trabajadores de Barcelona estaban organizados por sindicatos -grupos de trabajadores del mismo gremio, subdivididos en grupos de trabajo. Cada grupo tomaba sus propias decisiones en lo referente al trabajo día a día y nombraba a un delegado que representaba sus puntos de vista en temas más generales concernientes a toda la fábrica o incluso a toda la región.

Los delegados eran portavoces de las decisiones tomadas en asamblea por todos los compañeros y el cargo de delegado se rotaba con frecuencia.

Los delegados podían ser revocados inmediatamente en caso de que no cumplieran con el cometido de ser meros portavoces de la asamblea (principio de revocabilidad). Esta es una buena muestra de los principios anarquistas de la libre federación llevada a la práctica.

Añadiendo más niveles de delegación es posible alcanzar una actividad a gran escala sin abandonar la libertad de trabajar en la línea que cada individuo elija. Esta idea de "federalismo" volverá a ser ilustrada en una sección posterior llamada "Acción y organización local".

Sigamos con más objeciones. ¿Una sociedad sin Estado no estaría indefensa ante ataques exteriores?

El hecho de vivir en una sociedad estatal no nos ha salvado del imperialismo. De hecho, nuestro ejército y fuerza armadas son utilizadas en nuestra contra como un ejército de ocupación. El Estado no nos defiende. Nos utiliza como carne de cañón para defender a nuestros dirigentes que, puestos a revelar la verdad, son nuestros verdaderos enemigos.

Volviendo a la pregunta, una respuesta anarquista clásica es la de armar al pueblo. Las milicias anarquistas españolas estuvieron cerca de ganar la guerra civil a pesar de la escasez de armamento, de la traición estalinista y de la intervención Alemania e Italia. El error fue dejarse integrar en el ejército regular de la República. Una población armada sería difícil de subyugar.

El anarquismo en acción.

Si has leído este panfleto hasta aquí te habrás hecho ya una idea razonable de lo que es una sociedad anarquista. El problema es cómo llegar a ella.

Dentro del anarquismo hay muchas ideas diferentes pero todas ellas están relacionadas. Hay sistemas completos de teoría política anarquista denominados federalismo, mutualismo, individualismo, sindicalismo, comunismo libertario, feminismo anarquista, situacionismo, etc.
Los debates entre las distintas ramas del anarquismo se han sucedido durante mucho tiempo y son demasiado complejos para exponerlos en estas líneas.

Sin embargo, si pensamos en términos de lo que el anarquismo dice que hay de hacerse ahora, resulta que hay muchos puntos en común entre todas las ramas. Cada corriente enfatiza la importancia de la acción en un área determinada de la vida.

Si empiezas a poner práctica las ideas expuestas en las siguientes líneas, empezarás a crear tu propia versión de anarquismo. Al hacerlo estará añadiendo un nuevo miembro a u movimiento que siempre necesita nuevos miembros, especialmente gente que se cuestiona ideas y reflexiona sobre ellas. ¡Discute tus ideas con tus amigos, lee más sobre el anarquismo, habla con otros anarquistas!

Piensa de forma independiente. Es la única manera.

Organizarse en el trabajo

Tradicionalmente, los anarquistas siempre han pensado que el problema fundamental es que el mundo está dividido en "esclavos asalariados" y jefes. Si pudiéramos librarnos de los jefes y dirigir nuestras industrias nosotros mismos, en beneficio de nuestras necesidades y no de las suyas, mejoraríamos y transformaríamos claramente cada área de nuestra vida.
Sin embargo, hay anarquistas que piensan que la clase obrera está tan acostumbrada a estar esclavizada que habrá que buscar algún camino alternativo a la revolución.

En cualquier caso, una anarquista siempre intentará que sus compañeros cuando menos, se organicen en el trabajo. Intentamos difundir la idea de que si nos unimos evitaremos que nos mangoneen. Lo mejor es hablar con los compañeros de trabajo, que nos acepten y confíen en nosotros en lugar de presionar a la gente con sermones. La mejor forma de aprender la solidaridad es a través de la acción.

Los anarquistas deben ir a la huelga si ésta tiene lugar. Por lo general, tarea más importante en estos casos suele ser tratar de menguar el poder del sindicato mayoritario y propagar la acción directa en lugar de delegar todo el poder en el sindicato oficial. el fin del anarquismo es controlar nuestras propias vidas, no entregarlas al "representante oficial" para que nos traicione. La acción directa, sin intermediarios, es la forma más eficaz de ganar batallas laborales. La unidad es la fuerza.

Para el anarquista, las huelgas encaminadas a conseguir pequeñas reformas, las peleas entre distintos grupos de trabajadores, etc., no son especialmente revolucionarias. Para nosotros, el fin principal de estas acciones es que a raíz de ellas la gente empiece a aprender a organizarse y gane confianza en la fuerza colectiva. Esta experiencia podría ser útil a la hora de capacitar a los trabajadores para desafiar con eficacia la estructura del poder industrial y edificar un control de la producción por parte de los obreros.

Tenemos una larga historia de la que sacar provecho y muchas técnicas útiles que han funcionado en otros sitios. Ideas como ir disminuyendo progresivamente el ritmo de trabajo hasta que se equipare con lo equivalente a nuestro salario. O "huelgas del buen trabajo", es decir, hacer un buen trabajo sin reparar en el tiempo que cueste hacerlo (aunque baje el ritmo de producción). Estas acciones sólo tienen sentido si se realizan en grupo y con unidad. Son ejemplos de acción directa. No les preguntamos a los jefes lo que hay que hacer, se lo decimos nosotros. El método indirecto (el llamado democrático), por el contrario, significa esperar cuatro años y señalar con una cruz el nombre de un "candidato de izquierda", para que luego resulte que pertenece a la misma logia masónica que le candidato de la oposición.

Esperamos que la auto-organización obrera vuelva (como en otros momentos de la historia reciente) a alcanzar el punto de unidad en la acción que le permita enfrentarse definitivamente al Estado. Si en la próxima ocasión se dispone de la experiencia, organización, preparación y conciencia adecuadas será posible destruir e Estado y a sus dirigentes, y avanzar hacia una sociedad anarquista y un mundo anarquista.

Hay varios análisis anarquistas que exponen cómo podría llegarse a esta situación. Hay quienes apoyan la idea de construir sindicatos dirigidos por las bases y no por la cúspide dirigente, como es lo habitual. Este tipo de sindicalismo es una clara estrategia revolucionaria que ha probado su eficacia en el pasado. El sindicato incluye a todos los trabajadores de cualquier lugar con el fin de desarrollar la auto-organización hasta el punto en que los obreros puedan tomar las fábricas. Allá donde sea necesario, las huelgas pueden recibir el apoyo de obreros de otros gremios o lugares que se solidaricen con ellos.

Finalmente, se habrán unido suficientes obreros para poner en marcha una huelga general. El Estado quedará paralizado y uno podrá hacer nada a menos que confíe en el ejército, que no se levantará contra sus familiares. La huelga general será un levantamiento general, o desembocará en uno. A partir de aquí se puede comenzar la construcción de una Utopía real.

Algunos anarquistas rechazan aspectos de este plan. Desconfían del alcance de los sindicatos, aunque sean sindicatos descentralizados. Les preocupa la posible aparición de líderes profesionales. También existe el peligro de perderse en la maraña de los pequeños logros cotidianos.
En cualquier caso, esta diferencia no nos impide trabajar juntos. Las condiciones para crear sindicatos anarquistas a nivel mundial, especialmente en algunos países donde el sindicalismo se ha neutralizado completamente, no son muy alentadoras.

En estas circunstancias, lo mejor es promover lazos entre los trabajadores que se enfrentan a los sindicatos mayoritarios que monopolizan la información para mantener el poder. Debe promoverse toda acción que ponga el control en manos de los trabajadores, como por ejemplo los piquetes.

Sería de utilidad que los anarquistas que trabajen en la misma fábrica se pusieran en contacto. Si no existen contactos, una conferencia sería un buen punto de partida.

Campañas a gran escala.

Los anarquistas no suelen tener mucha influencia en campañas a gran escala, en parte porque suelen están copados por liberales, diversos grupos de izquierda, etc. y a menudo las convierten en algo tan descafeinado que ningún anarquista que se precie se acercaría a semejante cuento.

De hecho, vemos el sistema de liderazgo de estos grupos como una parte importante del sistema, cuya función es la de controlar el movimiento de protesta y canalizarlo hacia niveles inocuos.

Por otra parte, muchos anarquistas creen que es positivo involucrarse en campañas como CND (Campaña por el Desarme Nuclear), la Liga Antifascista, el Frente de Liberación Animal, etc. El argumento es que, gracias a esto, algunas personas podrían llegar a conocer el anarquismo. Una presencia anarquista podría favorecer este proceso. Además, las campañas que aportan temas esenciales a la atención pública generan oportunidades de mostrar que los males particulares están relacionados con represión general y la necesidad de una revolución. En algunos casos es recomendable que haya una presencia anarquista en estas organizaciones para evitar la manipulación por parte de ciertos grupos políticos bastante nocivos. A veces es incluso posible introducir formas de funcionamiento anarquistas.

Por ejemplo, un anarquista involucrado en un grupo antinuclear intentará señalar la relación entre el armamento nuclear, la energía nuclear, el militarismo, el Estado y la sociedad de clases. Señalaríamos la futilidad de ir rogando continuamente al Estado y recomendaríamos a los obreros que construyen armamento que hagan algo más útil en lugar de eso. Haríamos todo lo posible para que los partidos parlamentarios de izquierda no se dedicaran a domesticar todos los movimientos de protesta populares.

También hemos de intentar difundir más métodos organizativos descentralizados y basados en grupos pequeños federados entre sí. Esto tendría la ventaja de conseguir una mayor flexibilidad y de dar a cada miembro mayor oportunidad de autodesarrollo, así como de impedir que se generara un elite dirigente.

Pocos anarquistas afirmarían que movimientos como los antinucleares, etc. sean revolucionarios; probablemente ni siquiera consigan el desarme nuclear. Sin embargo, podemos esperar que gracias a ellos se vaya despertando la conciencia pública y muchos se den cuenta de cómo funciona esta sociedad realmente.

Relaciones interpersonales

Como hemos dicho anteriormente, el anarquismo conlleva una preocupación por los derechos de individuo. No tiene sentido estar teorizando ni programando actividades si finalmente no va a servir para mejorar la vida de individuos como tú y yo.

A diferencia de los marxistas, creemos que al menos debemos intentar poner en práctica nuestros principios en el día a día. Si crees en la igualdad, trata a los demás como iguales siempre que puedas.

La forma en que nos tratamos unos a otros refleja la totalidad de la sociedad. En una sociedad desequilibrada la gente se trata mal.

Por desgracia, los hippies estaban equivocados. No es cierto que "todo esté en tu cabeza". Soluciones individuales como el ácido lisérgico y la vida campestre resultan no ser soluciones en absoluto, sino simplemente escapismo. Antes de la revolución no es posible decidir irse a vivir como si fueras libre; esta sociedad no te lo permitirá.

Antes de la revolución es responsabilidad de cada cual creer, como si fuéramos seres humanos razonables, en u mundo razonable. Es difícil, pero no imposible, con la ayuda de tus amigos, evolucionar a un estado más avanzado que el simple estado de dependencia en que esta sociedad intenta mantenernos.

La familia autoritaria

Un mito común, tanto en el fascismo como en el anti-humanismo cotidiano, es la "santidad" de la familia y la "santa" institución de la maternidad.

Muchas mujeres hoy en día luchan contra el papel que les han impuesto de ser madres y nada más, y contra la dominación diaria de mujeres y niños por parte de los hombres, que es en lo que consiste la familia.

La realidad de la vida familiar difiere bastante de la idea sentimental. Malos tratos a mujeres, violaciones y abusos infantiles no son sucesos accidentales ni aislados; son el resultado de un condicionamiento dentro de la familia y por parte de los medios de comunicación.

Hasta que no tengamos libertad e igualdad en nuestras vidas diarias, no tendremos libertad ni igualdad en absoluto.

La derecha habla mucho sobre el tema sexual y lo que ellos llaman "moralidad" y "pureza" sexual. Incluso la "pureza racial" es una idea en gran medida relacionada con el sexo. Está basada en el temor a la sexualidad de las "razas inferiores", temida por que amenaza su propio poder y control sexual.

Los racistas preguntan: "¿Dejarías que tu hija se casara con uno de ellos?" ¿Quién eres tú para decidir lo que "tu" hija deber hace con su vida sexual?

Muchos anarquistas consideran que vivir en una comuna es una forma de cambiar la sociedad, pero vivir en la misma casa que otros nueve individuos no es la clave del futuro ideal. Lo importante es cambiar nuestras actitudes: abrirse más, ser más generosos y menos competitivos y temerosos de los demás.

La mayoría de los anarquistas se limita a ser un poco más sociable que la mayor parte de la gente. Hacemos lo que podemos conscientes de que la perfección es imposible en una sociedad represiva. No hay santos anarquistas.

Acción y organización local

La acción directa puede utilizarse para cambiar las condiciones de casas, calles, colegios, hospitales y otras instalaciones. Las reformas, en sí mismas, no representan una gran contribución a la construcción de la sociedad anarquista, pero es importante que la gente se conciencie de la importancia del potencial de la acción directa.

Otra área principal de la actividad anarquista es la de involucrarse en campañas locales. Estas pueden resultar útiles a la hora de desarrollar la conciencia publica y su capacidad organizativa, y pueden tener la virtud de invitar a la gente a pensar sobre cuestiones políticas.

Hacer mejoras en el sistema significa reforzarlo, y a la larga, aumentar la miseria humana.

Cuando las condiciones locales se vuelven insostenibles, se generan tumultos. Los tumultos esporádicos, nacidos de la frustración y no de la organización, no son particularmente revolucionarios. Si hubieran estado organizados, habría sido una insurrección, que es otra cosa. Entonces, ¿cómo se organizan los anarquistas?

Los individuos se unen a grupos anarquistas para coordinar sus acciones con otros, no para que les digan lo que tienen que hacer. El grupo al completo discute una acción particular, pero sólo aquellos que estén a favor la llevarán a cabo.

La discusión en un tema importante, o en una acción común, simplemente significa la aparición probable de un nuevo colectivo. En cada país existen federaciones de colectivos libertarios, que de esta forma permanecen coordinados (por supuesto, de forma no-autoritaria).
Este modelo de organización ya se ha generalizado en otras corrientes de la actividad política, como por ejemplo, en grupos de mujeres y en algunas asociaciones de vecinos. Si el anarquismo crece, esperamos que aumente esta forma de organización.

Grupos de personas en una calle o en un lugar de trabajo pueden organizarse así para tomar decisiones que les incumben. Pueden mandar delegados a encuentros a mayor escala, pero siempre instruyéndoles en lo que tienen que decir, haciendo el cargo rotatorio y revocándolos si alguno intentaba autoinstituirse en líder. ¿Una idea utópica? Ya funciona en muchos grupos, a pequeña escala. ¿Qué es lo que parece tan difícil? Todo lo que necesitamos es una revolución total en la conciencia cotidiana. De esta forma, un sistema anti-autoritario de organizar todos los aspectos de nuestra vida desde la cuna a la tumba podría surgir. Sería un tipo federalista de sociedad anarquista.

El anarquismo encuentra vital educar a la gente para una nueva sociedad. Algunos incluso dirían que es todo lo que razonablemente podemos hacer. Intentar hacerla revolución con una minoría muy pequeña no tiene sentido, e incluso con las mejores intenciones sólo podría conducir a una nueva esclavitud. Una verdadera revolución sólo puede hacerse si una gran mayoría la quiere y participa activamente en la creación de un mundo nuevo. Por supuesto, tendríamos muchas más oportunidades si la ente se hubiera organizado previamente, y hubiera reflexionado sobre los consiguientes problemas y cuestiones. Lo cual significa que una de nuestras prioridades es la difusión de nuestras ideas.

Sin embargo, es mejor evitar presionar a la gente con sermones. No queremos meros seguidores. Otro peligro incluso peor es que hagamos de nuestras vidas un dogma. Finalmente, no queremos predicar, sino hablar con la gente.

Este último punto es importante. Probablemente, el síntoma más claro de la degeneración de la sociedad moderna es que la comunicación cada vez se hace más impersonal, más estandarizada y más subjetiva. La comunicación se ha convertido en un artículo adquirible, "sonidos" que se compran en cintas de plástico. Todos los medios de comunicación modernos tienen dos cosas en común: tienes que pagar por ellos y no hay forma de participar en ellos, o miras, o escuchas, no se te pide nada más.

Nuestra creencia en la libertad nos lleva a exigir libertad de expresión y libertad de prensa. Esto podrá sonar raro, como si se tratara de una manifestación de los liberales del s. XIX. Ahora los liberales parecen bastante satisfechos de haber conseguido estas preciadas libertades.

Lo que quieren decir es que ellos tienen esas libertades, los comunes mortales, y menos los "extremistas peligrosos" como nosotros, no las tenemos. Podemos decir (casi) todo lo que queramos, pero no en horas de máxima audiencia; podemos escribir lo que queramos, pero ¿se publicará en la prensa oficial? A menos que tengamos una verdadera oportunidad de que nos escuchen, la libertad de expresión poco significa, y no les preocupa concedérnosla.

Los periodistas, los impresores, los escritores, técnicos y actores quizá deban jugar un papel muy importante en la lucha por una nueva sociedad. Está en sus manos decir la verdad. Deberían estar tan avergonzados de la bazofia que, obedientemente, siguen produciendo, que a estas alturas ya tendrían que haber dimitido. Es urgente que la industria de la comunicación se ponga al servicio de la agitación política, y que los trabajadores controlen los contenidos de la emisión.

Debido a que los medios de comunicación están tan controlados por una oligarquía que sabe muy bien de la importancia de su poder, hay pocas probabilidades d que podamos difundir nuestras ideas a través de los medios establecidos. Necesitamos encontrar alguna otra forma de difundir nuestras ideas hasta que llegue el momento de que podamos apoderarnos de los medios de comunicación.

Nos han empujado a los límites de lo social. Nos vemos obligados a crear nuestros propios medios para expresarnos. Naturalmente, todo ello a pequeña escala, por eso alcanzamos a un grupo reducido de gente con cada panfleto, revista, etc. Esperamos que cada pequeña acción se vaya sumando. Después de todo, mil panfletos no son un desperdicio si logran convencer a un sólo nuevo anarquista.

Difundir la idea es importante, se ha intentado en muchas ocasiones y de muchas formas distintas.

Conclusión

Esperamos que tú saques tus propias conclusiones. Los anarquistas siempre crean su propia opinión.

Si estás interesado, lee más, habla con los anarquistas de tu localidad, reflexiona sobre las ideas. Hay mucho que hacer.


Anti-globalización




Con el nombre de antiglobalización se nombra a diversos movimientos sociales, de carácter izquierdista, que defienden:

-la lucha contra las multinacionales y la banca internacional
-la protección del medio ambiente
-el desarrollo económico de los países desfavorecidos
-la solidaridad internacional
-la lucha contra el capitalismo salvaje

Bajo el eufemístico nombre de globalización, se esconde un intento de aumentar el poder de la banca y las multinacionales, que ya controlan absolutamente las decisiones de los gobiernos.


En las democracias occidentales, los partidos políticos sólo llegan al poder gracias a poderosas (y costosas) campañas electorales que son financiadas por las grandes empresas y bancos, a los que tienen que devolver el favor.


Por eso nunca se toman medidas legislativas efectivas que protejan a la población y al medio ambiente de los abusos de las multinacionales.
La globalización propuesta por los neo-capitalistas no es un movimiento dedicado a extender al tercer mundo el desarrollo que disfrutamos en los países de la OCDE, ni a favorecer el conocimiento de otras culturas, previniendo así el racismo...


Muy al contrario, lo que se pretende es simplemente un imperialismo económico, más allá del imperialismo militar y político (al que tampoco se renuncia, por cierto), que disfrace la dominación de los países subdesarrollados.


Se trata de vender más, ampliar los mercados donde colocar nuestras mercancías, en especial, aquellos países que no disponen de una legislación que proteja adecuadamente los derechos de los consumidores. Así, de paso, les venderemos aquellos productos de inferior calidad, y sin las suficientes garantías de seguridad, salubridad, etc...


Esta dominación no la ejercen los gobiernos, sino las grandes empresas, la banca internacional, y en particular, el complejo militar-industrial americano.


Pero no es sólo eso: llevar las empresas a países del tercer mundo permite fabricar con un coste de mano de obra muy inferior, sobre todo teniendo en cuenta que allí no existen organizaciones sindicales ni legislación que proteja lo más mínimo a los trabajadores de los sueldos de miseria, las jornadas exhaustivas, las condiciones laborales insalubres, los despidos improcedentes, los abusos físicos, la inexistencia de seguros médicos y pensiones, etc...


Las empresas que se trasladan a los países subdesarrollados se ahorran el pago de horas extras (aunque para esto ya no hace falta irse al tercer mundo), indemnizaciones, seguros sociales, impuestos, etc …


Es el paraíso del capitalismo más salvaje e inhumano: el trabajador no tiene ningún derecho, y la empresa tiene todo el poder, avalado por la represión de la policía y el ejército, para hacer lo que se le antoje.


De este modo, los trabajadores del tercer mundo no se acercan a las condiciones laborales del primero, sino al revés: lo que se consigue es tercermundializar el primer mundo, no al revés.


Ante la amenaza continuamente ejercitada de despidos masivos, los trabajadores de los países desarrollados se ven obligados a perder día a día los pocos derechos que les quedan, para aumentar exageradamente los beneficios del capital, de los inversionistas.


La forma de reaccionar de estos poderes fácticos ha sido bastante simple, pero efectiva a la hora de engañar a algunos ciudadanos: se han limitado a dar publicidad a las situaciones de violencia, siempre minoritarias, y probablemente pagadas por las multinacionales, que se han producido en algunas de las manifestaciones promovidas por el movimiento anti-globalización.


Una vez caída la URSS, e inaugurado el "nuevo orden mundial" que no es más que la dominación unilateral del planeta por parte de la única superpotencia, cuando ya se había pronosticado el "fin de la historia", el movimiento de izquierdas sale de su escondrijo para retomar muchas de sus viejas aspiraciones.


Aunque los partidos de izquierda más votados han perdido totalmente el rumbo, los nuevos movimientos de izquierda, nacidos y curtidos en las ONGs, han tomado el relevo uniéndose para defender causas comunes y fundamentales.


Se calcula que entre el 5 y el 10% del electorado francés o alemán simpatiza con el movimiento anti-globalización (datos de 2001), lo que permite augurar un fuerte aumento en los próximos años.
Lo que está claro es que no debemos permitir que los poderes económicos sigan dirigiendo nuestros destinos, más allá de la presunta soberanía del pueblo....


"Los países en vías de desarrollo piden a las naciones ricas que combatan el hambre en el mundo con los mismos medios y la misma voluntad política que emplean en la lucha contra el terrorismo."


Este llamamiento se repitió en muchas intervenciones del pleno de la II Cumbre Sobre Alimentación organizada por la FAO (Organización Mundial de la Alimentación, parte de la ONU) en Roma (Junio-02)


"El hambre cada día causa 24.00 muertos, muchísimos más que el terrorismo.


Pero se gasta en armamento 60 veces más de lo necesario para solucionar los problemas de alimentación y salud de todos los habitantes de la Tierra."


Y para muestra de qué tipo de "personas" son los que mandan en el mundo, basta leer esta declaración de Larry Summers, ex vicepresidente del Banco Mundial:


"Toda la industria contaminante debería desplazarse al tercer mundo porque sería más eficiente, ya que si la contaminación causa muerte, los muertos del tercer mundo tienen un menor coste y por tanto sería más eficiente"



1 de Mayo



La historia de los “mártires de Chicago” comienza en una convención de la Federación de trabajadores de Estados Unidos y Canadá en 1884. En esa convención, la Federación llamó a los trabajadores a luchar por la jornada laboral de 8 horas (que se venía pidiendo desde la década de 1860), para sustituir el día laboral de 10, 12 y hasta 16 horas que prevalecía. La Federación declaró que la jornada de ocho horas entraría a efecto el 1º de mayo de 1886. En los meses previos a esa fecha miles de trabajadores, organizados e independientes, fueron puestos en alerta. Las fuerzas represoras policíacas y de la guardia nacional se prepararon para contrarrestar a los trabajadores, recibieron equipo y armas nuevas financiadas por poderosos líderes comerciales, que se oponían a las demandas laborales. Chicago fue el centro principal de la agitación.

El primero de mayo de 1886, Albert Parsons, líder de la organización laboral “Caballeros del Trabajo de Chicago”, dirigió una manifestación de 80 mil trabajadores a través de las calles de Chicago, solicitando la reducción del horario laboral a ocho horas diarias. En los siguientes días se unieron a esta demanda 350 mil trabajadores de toda la Unión Americana, que iniciaron una huelga nacional que afectó más de mil fábricas. La unión de los trabajadores causó mucha alarma entre los industriales y en la prensa, pues vieron en las manifestaciones el inicio de una “revolución”.

Los anarquistas y otros grupos de izquierda creían que la petición de reducción de jornada era una medida moderada y en un principio no quisieron involucrarse, pero el nivel de convocatoria que logró Albert Parsons convenció a los anarquistas de integrarse al movimiento. El 3 de mayo August Spies, director de un periódico laborista, habló ante 6 mil trabajadores. El grupo de huelguistas se dirigió después a una fábrica cercana, la planta McCormick, a manifestarse. Pronto llegó la policía, abrió fuego y mató por lo menos a un huelguista, hiriendo a muchos más.

Los anarquistas convocaron a una reunión masiva en la noche del 4 de mayo de 1886 en el mercado de la ciudad (Haymarket), con el propósito de protestar por la brutal acción policiaca del día anterior. Spies, Parsons y Samuel Fielden fueron los oradores en Haymarket, ante una reunión de 2 mil 500 trabajadores. Cuando la manifestación estaba terminando y empezaba a llover, llegaron al lugar cerca de 200 policías. Mientras la policía pedía que se dispersara la reunión, alguien lanzó una bomba que estalló y mató a un policía. Se armó el alboroto y en la confusión la policía comenzó a disparar, causando la muerte de siete policías y cuatro trabajadores, además de muchos heridos. Nunca se supo quién lanzó la bomba, pero este incidente se tomó como pretexto para perseguir anarquistas y organizaciones laborales a lo largo del país. La policía saqueó hogares de trabajadores y arrestó a muchos de ellos.

El 21 de junio de 1886, ocho líderes laborales (Parsons, Spies, Fielden, Schwab, Fischer, Lingg, Engle y Nebee) fueron acusados de conspiración para asesinato por la explosión de la bomba que mató al policía. El juicio, que condenó a siete de ellos a morir ahorcados y a uno a 15 años de cárcel, estuvo plagado de mentiras e incluso el fiscal llegó a pedir al jurado: “Castigue a estos hombres, haga un ejemplo de ellos, cuélguelos y salve nuestras instituciones”. El 11 de noviembre de 1886 fueron ahorcados Parsons, Spies, Fischer y Engel. Louise Lingg, anarquista, se suicidó en prisión y Fielden, Nebee y Schwab lograron conmutar la pena de muerte por cadena perpetua. Más de 200 mil personas asistieron a la procesión funeraria de los líderes muertos.

El caso de Haymarket provocó un escándalo internacional. El gobernador Oglesby recibió cientos de miles de cartas pidiéndole clemencia para los condenados, pero todo fue inútil: los condenados fueron ejecutados. La verdadera causa de su muerte no fue la explosión de la bomba, sino su capacidad para organizar a la clase obrera en demanda de mejoras laborales, con lo cual amenazaban los intereses de industriales y conservadores dentro del gobierno.

La barra de abogados de Chicago condenó el juicio y siete años después el Gobernador de Illinois, John Peter Altgeld, declaró la inocencia de los ocho acusados y liberó a los tres sobrevivientes. Se construyó un monumento para depositar los restos de los hombres juzgados y honrar su memoria. Más tarde los restos de otros líderes laborales, como Emma Goldman, Bill Hayward y Joe Hill, fueron depositados en el Monumento Haymarket en Chicago.

En 1889, durante el Primer Congreso de la Segunda Internacional Socialista, celebrado en París, se decidió que el 1º de mayo conmemoraría en adelante la solidaridad laboral. Desde entonces la mayoría de los países del mundo, especialmente aquellos de pasado o presente socialista, celebran ese día a sus trabajadores.

Paradójica y significativamente, el 1º de mayo no se celebra en Estados Unidos ni en Canadá como Día del Trabajo, sino como Día de la Ley (Law Day). En esos países se otorgó a los trabajadores el primer lunes de septiembre, un día sin significado histórico, para celebrar su día (Labor Day).

La jornada laboral de ocho horas en Estados Unidos tuvo que esperar hasta 1935 para ser aprobada, durante la presidencia de Franklin D. Roosvelt.

Los ricos y sus juegos



Algunos fenómenos sociales merecen ,por su gravedad , una especial atención. Entra dentro de esta categoría el asesinato de Rosario Endrinal, la indigente brutalmente asesinada por tres 'pijos' en Barcelona. La peculiaridad de este suceso es que han sido tres chavales de familias acomodadas, ha sido un acto clasista, de unos jóvenes que no sólo odian a los pobres, sino que además actuan contra ellos. No se trata de una chiquillada que termina en tragedia, sino de vejaciones y maltratos sistemáticos de indigentes para luego poder enseñarlos por sus moviles 'de papa' a sus compañeros. Sólo hay que hechar un vistazo a las más de 150 páginas web neonazis para darse cuenta de como estos descerebrados están intentando reclutar a menores cada vez más jóvenes.

La idea de limpieza social se puso en marcha en el siglo XVII en un hospital francés llamado Salpetrie, donde aniquilaban a las "vidas indignas de ser vividas",es decir a los mas débiles(huerfanos, ancianos, indigentes, mujeres...).El jefe de la Gestapo, Heinrich Himmler, mandaba eliminar a los 'subhumanos' (Untermenschem),lo que incluía ,además de a los judíos, a camaradas marxistas, gitanos, discapacitados...En el caso de Rosario, nuestra 'sin techo',es posible que no hubiese una organización detrás ,aunque si una "idea" organizada: la del culto a la superioridad; la que considera que el mundo pertenece únicamente a los guapos ,ricos....y los demás( la mayor parte de la humanidad)molestan y sobran. Idea ,desgraciadamente, compartida por la inmensa mayoría de la sociedad, que se desvive por ser más guapos, más delgados, más perfectos...

El crecimiento de la pobreza es la causa de que decenas de miles de ciudadanos normales se transformen de la noche a la mañana en unos excluidos sociales. Hay que parar esta lacra de agresiones clasistas y racistas, guiadas por ideologías estúpidas , basadas en falsas creencias.

Una historia olvidada

Corre 1942, las tropas nazis han invadido la URSS y ocupan Kiev, capital ucraniana. Josif Kordik, dueño de la Panadería Nº 3, almuerza en un restaurante cuando divisa en la vereda del frente a Nikolai Trusevich, arquero del popular Dínamo. La guerra ha obligado a disolver el equipo y sus jugadores se han dispersado. El gigante Trusevich -hambriento y muerto de frío- recién ha salido de un campo de prisioneros y deambula sin saber dónde dormir.

La reacción natural del hincha habría sido pedirle un autógrafo al ídolo. Kordik no sólo hace eso: le ofrece trabajo como barrendero. Colaboracionista alemán, ve pronto una oportunidad única. Gracias a Trusevich recluta en su fábrica a una docena de las mayores estrellas del balompié local. “Me escondía en la casa de mi suegra. Nikolai me contó la idea y lo ayudé a encontrar al resto de los muchachos”, relata el wing Makar Goncharenko. Los desesperados cracks reciben comida y techo cuando el país está en ruinas.

Hasta aquí podría ser una historia ejemplar. Pero Kordik no es un tipo misericordioso y aprovecha su poder para crear un equipo personal que entrena en el patio de la panadería. Simpatizantes comunistas, los jugadores deciden que su camiseta sea de un color rojo furioso. Así nace el FC Start, una verdadera selección de Kiev que sin saberlo camina al matadero. “No tenemos armas, pero venceremos en la cancha a los fascistas bajo los colores de nuestra bandera”, proclama el arquero Trusevich antes del primer partido oficial, que juegan con botas de trabajo y overoles recortados.

Los nazis usaron al fútbol como instrumento de propaganda. Quisieron organizar el abortado Mundial de 1942 y dos semanas antes de la caída de Berlín aún se jugaban partidos de copa. Un equipo de la anexada Austria, el Rapid de Viena, figura como campeón de la temporada 1941 del balompié alemán. En cada país ocupado se organizaron torneos para brindar a la población una falsa sensación de normalidad. Eso sucedió en Ucrania. En la extraña liga creada en 1942 participaron seis cuadros. Cuatro representaban a ejércitos del Eje. El quinto era el Rukh, formado por colaboracionistas locales; el sexto, el FC Start, que en el primer partido aplastó por 7 a 2 a sus compatriotas.

Kordik los había obligado a participar pese al evidente riesgo. La caridad de sus compatriotas les permitió comprar calcetines y pantalones cortos para los siguientes encuentros. Sin querer, el Start se había convertido en símbolo de la resistencia y en un buen negocio. Jugando en un pequeño y atiborrado estadio siguió goleando sin piedad a sus rivales. El 6 de agosto se coronó campeón invicto humillando por 5 a 1 al Flakelf, el invencible seleccionado de la Luftwaffe. “Pese al marcador, ambos equipos fueron parejos”, informó una escueta nota de prensa nazi.

Al día siguiente los alemanes tapizaron Kiev con carteles que anunciaban una innecesaria revancha, que se jugaría dos días después. Ese caluroso domingo 9 de agosto, el Estadio Zenit estaba repleto. En la tribuna, oficiales nazis; en las galerías, el pueblo ucraniano custodiado por soldados y mastines. El árbitro advirtió al Start que debía saludar a sus rivales con un sonoro “Heil, Hitler”. En vez de ello, en la cancha los ucranianos se golpearon el pecho y gritaron a la usanza comunista.

El primer tiempo fue un festival de patadas que el réferi no quiso ver. Trusevich permaneció varios minutos inconsciente luego de ser golpeado en la cabeza y, sin arquero, los germanos abrieron la cuenta. Pese al robo, los de rojo se fueron al descanso venciendo por tres a uno, con dos tantos del goleador Ivan Kuzmenko. Las graderías hervían y el comandante de ocupación Eberhardt era insultado por un verdadero coro popular.

En el entretiempo, un oficial nazi entró al camarín del Start. “Deben comprender las consecuencias de sus actos”, les advirtió. Sin embargo el orgullo fue más fuerte y los rojos vencieron por 5 a 3. El árbitro suspendió el partido luego de que Aleksei Klimenko, defensa ucraniano, gambeteó a medio equipo rival, llegó hasta la línea de gol y en vez de anotar volvió caminando con el balón al círculo central. La multitud enloqueció e incluso soldados húngaros y rumanos, aliados alemanes, participaron de revueltas en las afueras del estadio.

Extrañamente, el fin de semana siguiente el FC Start volvió a jugar y goleó por 8 a 0 al Rukh. Pero dos días después nueve de sus jugadores fueron detenidos por la Gestapo y acusados de sedición. El volante Nikolai Korotkykh fue ejecutado en el acto: su propia hermana lo había denunciado como espía ruso. Tras semanas de torturas el resto fue enviado al tenebroso campo de concentración de Siretz. Luego de un ataque de partisanos ucranianos se ordenaron fusilamientos selectivos como amedrentamiento. Kuzmenko, Klimenko y el arquero Trusevich fueron ejecutados. Este último murió con su camiseta puesta gritando “¡el deporte rojo nunca morirá!”. Sus cuerpos fueron lanzados a un barranco.

Sólo cuatro miembros del FC Start sobrevivieron hasta la liberación rusa. Lo que vino fue absurdo. Autoridades estalinistas los acusaron de traición por confraternizar con el enemigo y sólo salvaron la vida jurando guardar silencio para siempre. Pero su leyenda crecía en Ucrania y en los años 60 salió a la luz. La adornada historia oficial establecía que luego de la victoria contra los nazis los once jugadores del equipo, aún uniformados, habían sido fusilados en un risco con los puños en alto. Esa versión fue recogida por el uruguayo Eduardo Galeano en su relato “La Pelota como Bandera”.

Tras la caída de la URSS se conoció la verdad. Makar Goncharenko era el único miembro del FC Start que aún vivía y por fin pudo hablar. Poco antes de fallecer en 1996 conversó con el periodista inglés Andy Dougan, autor del libro “Dínamo: Defendiendo el honor de Kiev” (recientemente publicado en español). El viejo lateral tenía la película muy clara y no se creía un héroe: “Mis amigos no murieron porque fueran grandes jugadores, murieron como tantos otros porque dos regímenes totalitarios se enfrentaron. Estábamos condenados a ser víctimas de una masacre a gran escala”.

En Ucrania, los jugadores del FC Start hoy son héroes patrios y su ejemplo de coraje se enseña en los colegios. En el estadio Zenit una placa reza “A los jugadores que murieron con la frente en alto ante el invasor nazi”.

Una vida quebrada a golpes

Toda muerte sacraliza, pero, en este caso, al convertir el hecho en suceso, la prensa la ha distorsionado, quedándose con lo monstruoso, lo diferencial, oscureciendo a Agustín Rueda hasta robar su recuerdo a la gente que lo trató. En este tipo de muerte, asesinato, muerto por algo o en nombre de algo es fácil caer en un olvido interesado o devenir héroe, fetiche de pocos. Agustín nunca quiso ser héroe. Trataremos aquí de acercarnos a su biografía y a sus escritos , para recuperar su imagen de hombre normal que incluso muere de forma – aún mas cruel y aberrante-"normal", porque es normal que cierta gente sea cruel y aberrante, y que la victima sea un Agustín Rueda Sierra, trabajador y libertario.

Nació el 14-11-1952 , en una barraca de la Colonia de Sallent, pueblo minero con importante porcentaje de inmigrantes. Madre tejedora y padre minero que, con el drama de la miseria habitual en la época, no conseguirían algo semejante a un piso hasta el 56, concedido por la empresa. Esta Colonia donde nace, será objeto de reflexión constante a lo largo de su vida: su pensamiento remitió a ella en todo momento. Acude a la escuela – otro hito- hasta el 8-7-66 en que finalizados los estudios primarios topa con su condición de hombre pobre: ha de conseguir trabajo. Cuatro años de aprendiz de matricero en una empresa auxiliar del automóvil (Metalauto entonces, Authi luego, al cambiar de propietarios. Ahora Commetasay) a 8 km de la Colonia.

Es fácil adivinar los componentes del cuadro que les lleva a tener ya en esos momentos una conciencia inicial de explotado.

Su respuesta , sin embargo, no es encuadrarse en un partido, hacerse cuadro. No se politiza por un ansia abstracta de libertad, por el Vietnam o por el mayo del 68. Lo inmediato le oprime y le impacta: así pues, luchará en un terreno inmediato.

Tratando de vencer la apatía tradicional – el ciclo explotación – miseria-ocio brutalizado repetido todos los días hasta la inevitable enfermedad o despido – intenta dinamizar el barrio. Crea un Club Juvenil, consigue proyecciones, conferencias, recitales de cantaores.....Apasionado del fútbol ( carece del snob desprecio hacia el deporte tópico entre jóvenes que se sueñan distintos), consigue crear un equipo al que también siempre volverá su recuerdo. Tiene 18 años.

El aprendizaje parece haber sido en varios sentidos. En abril del 71 deja la fábrica y, luego de dos trabajos cortos como montador en una mina y en una fabrica de tejidos, logra trabajo en Sallent. En febrero de 1972, se produce la huelga y encierro de los mineros de Balsareny y Sallent. Agustín se vuelca: asambleas informativas, manifestaciones, grupos de ayuda.... Llega a reunir a los comités en su casa a falta de lugar mejor. Consecuencia lógica: en septiembre es expulsado del trabajo: Los caciquillos industriales de la comarca ven en él un enemigo.

Continúa, sin embargo, ligado al lugar. El 17 de noviembre, en un cruce de la salida de la Colonia, con la carretera, muere atropellada la madre de un compañero. Otra consecuencia más de la explotación y la miseria de las condiciones de vida de la Colonia . En la manifestación subsiguiente, el diecinueve de noviembre, es detenido, buscado expresamente en su casa por la policía. Ingresa en la Modelo, de donde saldrá en febrero del 73. Es el fin de una época. Agustín comienza a exigirse a sí mismo. Vuelve a Sallent, pero para las autoridades y la escasa gente de orden se ha convertido en la bestia parda. No le dan trabajo. Lo consigue esporádicamente, como albañil o como temporero en vendimias y recogidas de fruta. La vida le arrincona. Su madre queda ciega. El Club juvenil -fundamental como dinamizador- es cerrado por la empresa y la guardia civil con la topica excusa banal: les acusan de robar unas cajetillas de tabaco. La tensa situación se rompe con la llamada a filas..

El 9-5-74 se incorpora a Infantería de marina en Cartagena. Luego Ferrol, el 26 de junio. El 17 muere su padre, tuberculoso, debilitado por la miseria. Hay pocas noticias de su mili. Escribe poco a Sallent y acude solo a los funerales de su padre y su madre fallecida el 28-10-74. Se queda sin casa. Se licencia el 28-10-75 y reaparece en la Colonia.
A su vuelta, continúa el acoso. No hay ningún trabajo para él, pero su presencia dinamiza al grupo joven del barrio. No olvida la importancia de la diversión y organiza un torneo de fútbol, afición de toda su vida. En abril del 76, pasa por primera vez a Francia para ayudar a un desertor de la Colonia.

El 14, llega su primera carta. Ha tomado contacto con los exiliados de Perpigñan y vive encima de la ‘Librería Española‘. Al poco tiempo, una bomba vuela la librería y destroza la casa. Trata por todos los medios de llevar una vida propia, independiente de la política y de la existencia viciada del pequeño círculo de exiliados. Recoge fruta en Ceret y trabaja el campo en Conellá de la Rivière durante varios meses. En octubre, llega clandestinamente a Barcelona. Pasa libros y panfletos libertarios. Vuelve a Francia con desertores, para retornar, en Noviembre, a la Colonia. Necesita Sallent, pero las autoridades le rechazan. Otra vez el acoso. No quiere ser una carga para su hermana y duerme en un piso que la empresa, dueña de todo, ha concedido graciosamente a un grupo musical para sus ensayos. Enterada la dirección, clausura el piso. Va a vivir a una masía abandonada próxima a la Colonia. Por supuesto, no tiene trabajo. Hay que escapar al acoso.

Ya con pasaporte, en febrero del 77, vuelve a Perpiñan. Entra en contacto con un grupo autónomo libertario, pero en absoluto renuncia a su vida. No es un siniestro terrorista profesional. Su único dinero procede del trabajo del campo. Vive pobremente, fuera de Perpigñan y vuelve a jugar al fútbol, en el SMOC. Un labrador jornalero libertario que juega al fútbol es algo bien distinto de un revolucionario profesional.
El 15 de Octubre del 77, sábado, a las 6 de la mañana es detenido en la frontera, en tierra española. Excesiva buena fe y un claro chivatazo.

Pasa 3 días en la comisaría de Layetana de donde le llevaran a Figueras, a restablecerse de la paliza. A fines de mes, pasa a la cárcel de Gerona. Entra en contacto con COPEL y se convierte en miembro activo, tratando de hacer tomar conciencia en el interior y de coordinar las actividades en el exterior, siguiendo la línea de COPEL que tanta " hostilidad" y silencio ha tenido en la prensa y los bienpensantes partidos.
Los abogados Vidal (comité pro-presos CNT) y M. Segui (familiares y amigos presos políticos) parece que se encargarán de su caso. Solo el 1º le vio: una vez y al principio.

Como consecuencia de su trabajo en COPEL , es trasladado el 1-1-78 a Carabanchel. Sus abogados, en principio ni se enteran. Hay un sospechoso silencio administrativo y un notable desconcierto. El Comité pro-presos de Madrid indaga en Carabanchel y recibe el aquí no está por respuesta. Son meses duros en COPEL y Agustín tiene abogado de oficio. El 2 de marzo, el Comité de Solidaridad de Sallent se traslada a Madrid y contacta con Anabela Silva, a quien encarga la defensa del caso. Para entonces, el caso ya era otro. Es la cárcel de España. Conocedor de las razones y de las consecuencias de la miseria, Agustín Rueda no distinguió entre políticos y comunes, y se entrego de lleno a COPEL. Por ello, nunca llegó a ver al juez. Tuvo otros jueces: sus mismos verdugos. Murió el 14 de marzo, a las 7.30 debido a un shock traumático, como hizo constar el doctor Gregorio Arroyo. Nadie le vio después de la brutal paliza. Trasladado el cadáver a Sallent, fue enterrado sin permiso, incluso sin el de Sanidad. Había que evitar escándalos. El director de la cárcel y 10 funcionarios están procesados – como en su tiempo el inspector Matute- pero a ellos no les juzgaran sus carceleros ni sus encarcelados. Ellos están en un país de derecho …

José Yoldi, Domingo Sastre y Gregorio Arroyo, forenses que realizaron la autopsia del recluso Agustín Rueda apaleado y muerto en la prisión de Carabanchel el 13 de marzo de 1978, afirmaron que el preso fallecido presentaba golpes en el 70% de la superficie de su cuerpo.

La muerte de Agustín Rueda fue una muerte con ensañamiento realizada metódicamente por los "funcionarios de prisiones", carceleros de Carabanchel. Lo torturaron hasta la muerte. Fue un asesinato en un centro penitenciario del Estado, a cargo de funcionarios del Estado, ordenado por ejecutivos del Estado. En definitiva un crimen de Estado.
Hubo una alevosa premeditación para hacer callar, para tapar la boca del hombre que sabía de la existencia de elementos provocadores en el seno de las filas anarquistas. De manera que se trató de un asesinato con premeditación y alevosía.

Recordamos a Agustín Rueda y a todas las víctimas de la transición democrática. Recordamos para no olvidar, para señalar con el dedo a los asesinos y a los mentores, para sostener la rabia. Debemos caer en la cuenta, que si no podemos escapar al dolor por el compañero asesinado, si debemos hablar, recordar, pensar como aquellos que no pueden hacerlo desgraciadamente ahora.
En memoria de los héroes de la clase obrera, de aquellos que lucharon por la libertad hasta el final entregando su vida a la causa libertaria.


lunes, 30 de julio de 2007

Durruti



Durruti, fue un humilde obrero que llego a ser un destacado militante anarquista dentro de la CNT, el mayor sindicato de ideología anarquista de principios del siglo XX. No fue un comandante, un líder, ni tan siquiera un gran orador. Fue uno de los miles de libertarios que luchaban por la dignidad obrera, por un mundo más justo; sin explotadores ni explotados, sin dioses a los que someterse, sin patrias que nos separen, sin banderas por las que luchar …


Anarquista afincado en Barcelona. Inició su militancia sindical en el seno de la UGT, pero en 1917, tras la huelga general revolucionaria de este año fue expulsado del sindicato socialista, al haber manifestado una actitud radical. Un poco más tarde se exilió a Francia, para evitar el servicio militar, y no regresó hasta enero de 1919. Trabajando de mecánico en La Felguera obtuvo su primer carné de la CNT. Tras un nuevo exilio en Francia, en la primavera de 1920 creó el grupo de acción "Los Justicieros", que actuó en San Sebastián y en Zaragoza. En agosto de 1922, junto a Francisco Ascaso, creó el grupo Crisol, que unos meses más tarde, ya en Barcelona, se transformó en "Los Solidarios".


Al instaurarse la Dictadura de Primo de Rivera, en septiembre de 1923, se exilió a París, desde donde participó en el complot fallido de Vera de Bidasoa. En diciembre de 1924, siempre acompañado por Ascaso, marchó a América. Perseguido por la policía, viajó por Estados Unidos, Cuba, México, Chile, Argentina, hasta que en febrero de 1926 regresó a Europa.


En París fue detenido por la policía, acusado de organizar un atentado para asesinar a Alfonso XIII, en la visita que el rey español realizaba a París el 14 de julio de 1926. Tras unos meses de reclusión fue expulsado a la frontera belga, pero la policía belga lo devolvió a Francia.


No fue hasta comienzos de 1929 que consiguió residir legalmente en Bruselas. Regresó a Barcelona al proclamarse la Segunda República, y constituyó el grupo "Nosotros", más radical que la FAI.


Participó en todos los levantamientos anarquistas del período, y fue detenido en repetidas ocasiones. Miembro del comité de defensa confederal de Barcelona, tuvo una destacada participación en el aplastamiento de la insurrección militar que, en julio de 1936, inició la guerra civil. Fue miembro del Comité de Milicias Antifascistas de Cataluña y organizó la primera columna de milicianos voluntarios que marchó sobre Zaragoza.


El 13 de noviembre de 1936, ante la ofensiva franquista contra la capital de la República, fue trasladado con su columna al frente de Madrid, donde murió combatiendo en la Ciudad Universitaria, el 20 de noviembre de 1936. Su muerte estuvo envuelta de un halo de misterio, y hasta hoy no han faltado conjeturas, que apuntan a una bala perdida procedente de las líneas enemigas o al asesinato cometido por un miliciano desde sus propias filas o por un agente de Stalin. Su entierro en Barcelona fue una impresionante manifestación popular en la que se homenajeó a ese personaje que lleno de ilusión a un pueblo entero, a un pueblo que anhelaba vivir en una sociedad más justa.



“Por nada del mundo aquellos tiranos fascistas pasarán por donde estamos.
Esta es la consigna del frente. A ellos les decimos: "¡No pasaréis!".
Y a vosotros os corresponde gritar: ¡No pasarán!"
(Buenaventura Durruti)



12 de Octubre=Masacre de pueblos

El 12 de Octubre se celebra en todos los países de habla hispana el conocido como día de la hispanidad o de la raza, pero ¿qué se celebra realmente este día?

Muchos asocian este día con la conmemoración del descubrimiento de América y por tanto del inicio de una de las etapas de mayor esplendor para el Reino de Castilla (que posteriormente pasaría a formar parte de los que actualmente denominamos España), pero lo que pocas veces recordamos es que esta fecha también supone el inicio de 300 años de esclavitud ,masacres y destrucción de pueblos y culturas enteros, así como el inicio de una expoliación de los recursos naturales de todo un continente … América.
Este día se convierte de este modo en un símbolo de lo que debería ser vergonzoso para toda una serie de países, no sólo para España, también para otros países europeos como Inglaterra, Portugal y Francia. Pues ,al igual que el por aquel entonces Reino de Castilla ,participaron en la masacre sistemática de una serie de pueblos que actualmente han sido olvidados o simplemente mal existen bajo el incomprensible racismo de los actuales habitantes de “América Latina”.

El 12 de Octubre no es más que una fiesta de carácter militarista en la cual se realiza un derroche excesivo de dinero (ya que la movilización de una maquinaria militar de tales características no resulta barata), asi como una demostración innecesaria de un poder militar basado en creencias obsoletas como son la creencia de la grandeza de un país por haber poseído colonias en otro continente.

Resulta que a un país europeo sus masacres se las llama colonizar, pero a un país o una cultura ajena a la europea se la acusa de invadir , de robar (como ejemplo tenemos a los 800 años de “ocupación” musulmana de la Península Ibérica).

Resulta a la vez extraño que un país teóricamente democrático realice desfiles propagandísticos, pues cuando esto mismo lo hace un país Oriental se le acusa inmediatamente de estar llevando a cabo una demostración de fuerza y una provocación para los países e intereses Occidentales. Pero claro esto es Occidente, la “tierra de las libertades”,la “tierra de la democracia” … será por que son los ciudadanos los que decidimos la cantidad de dinero que vamos a invertir en armas en vez de en educación ,sanidad ,vivienda …

El 12 de Octubre no es más que una fiesta de carácter nacional , militarista y fascista.

Intifada

Desde inicios del siglo XX, toda la política de los dirigentes sionistas -y, muy en particular, la de Haim Weizmann- estuvo orientada a negociar con las potencias colonialistas la obtención de una autonomía para la importante población judía en proceso de asentamiento en Palestina, fragmento territorial del Imperio Otomano bajo protectorado británico.
La “Declaración Balfour” del 2 de noviembre de 1917 es la primera expresión de esas negociaciones. Simultáneamente, Weizmann negoció acuerdos con el rey Feysal de Arabia, más tarde prolongados en las conversaciones con Abdallah de Jordania. El objetivo fue la obtención de una mínima nación judía soberana coexistente con su contexto árabe.
A partir de 1920, las relaciones entre los dirigentes sionistas y la Administración británica en Palestina se deterioró por la prohibición británica de nuevas emigraciones judías, y los judíos palestinos -tras los importantes pogromos promovidos por la población árabe y tolerados por los británicos en 1929 y 1936- pasaron a estructurarse en organizaciones de autodefensa.
La Segunda Guerra Mundial y la explícita alineación del "muftí" de Jerusalén en favor de Adolf Hitler lanzaron a la población judía hacia la transformación de esas organizaciones de autodefensa en grupos armados que dibujarían el núcleo del futuro ejército israelí: “Irgún”, “Stern” y, sobre todo, “Palmach” (Ejército popular) y “Haganah” (Ejército de defensa). Tras el fin de la Guerra Mundial y bajo el trauma del holocausto nazi, fue inevitable la lucha armada contra la Administración británica: son las tesis del llamamiento del año 1946 de la Conferencia Sionista Mundial para la resistencia contra el “Libro Blanco” británico de 1939. Fue el comienzo de la guerra en Palestina.
Bajo ese doble eje (deuda histórica hacia una población exterminada en los campos de concentración y riesgo permanente de guerra civil en Palestina), la ONU buscó desesperadamente una salida razonable para la “cuestión judía”. Eran ya casi seiscientos mil los judíos instalados en “tierra santa” y la tendencia migratoria continuaba.
Un primer plan de partición sería esbozado en 1946, y luego modificado en 1947. La formación de dos Estados, uno árabe y otro judío, sobre la antigua Palestina otomana fue aprobada por la Asamblea General de la ONU el 14 de mayo de 1948.
En su redacción final, la resolución de la ONU fue poco favorable para los intereses judíos. Aunque concedió la existencia de un Estado israelí, no es menos cierto que los territorios eran escasos y pobres y las fronteras indefendibles. Basta echar una ojeada al mapa trazado por el plan en 1947 para captar las pocas posibilidades de sobrevivir que tenía un Estado israelí, dividido en dos fragmentos entrecruzados de adversarios.

Ben Gurión aceptó, sin embargo, de inmediato los términos de la resolución y proclamó la independencia de Israel. La Liga Árabe los rechazó de plano y llamó a la guerra santa. La primera guerra árabe-israelí había comenzado. Y, con ella, la tragedia del pueblo palestino …
Tras dos Intifadas (agitación; levantamiento), el pueblo palestino sigue sufriendo la tiranía del Estado israelí, estado apoyado abiertamente por Estados Unidos, esto se debe principalmente a la cantidad de multinacionales en manos sionistas que tienen su sede central en EEUU, añadiendo además un claro interés de control en la zona del Próximo Oriente, una zona en la que se conectan importantes vías comerciales.

Israel es un estado colaboracionista con el Imperio capitalista de los Estados Unidos, que persigue imponer su sistema económico sobre la máxima extensión posible del planeta a costa de millones de vidas, condenando a millones de personas al hambre, a una vida de desesperación …

Es Estados Unidos quien proporciona armamento a Israel, y es este último el brazo ejecutor que mata y oprime a los palestinos, gente que debe sufrir humillaciones casi a diario para acudir a sus puestos de trabajo (situados en territorio israelí) al ser cacheados como delincuentes por agentes de seguridad (militares mayoritariamente), al estar cercados con un muro de hormigón … al sufrir la amenaza de los cazas y helicópteros de fabricación estadounidense dirigidos por Israel, o de los francotiradores apostados en las torres de vigilancia situadas alrededor de las ciudades palestinas …
Son los intereses de Estados Unidos los que provocan estos derramamientos de sangre, la diferencia de credos religiosos no es más que una excusa para iniciar el conflicto de Oriente Próximo.

Estados Unidos como la potencia capitalista e imperialista que es, intenta tener el control absoluto del ámbito del próximo Oriente de debido a que por esa zona pasan los principales oleoductos que provienen de la península arábiga. Además así se asegura que él y sus aliados europeos tengan sus remesas de oro negro sin demoras, evitando las subidas desorbitadas de la preciada materia prima.

Así pues, el conflicto árabe-israelí no es de carácter religioso, si no económico, un ejemplo más de que en este mundo importan más unos pedazos de papel verde que las vidas de miles, e incluso millones, de personas. El capitalismo nos demuestra una vez más que es una máquina capaz de destruir millones de vidas humanas sin compasión alguna, que este mundo esta gobernado por unos pocos a los que poco les importa que se mate indiscriminadamente a cientos de familias en sus hogares, o a trabajadores acudiendo a su puesto de trabajo tras un muro de hormigón levantado por el que un día fue denominado “el pueblo elegido” y que más tarde fue acusado de matar a cristo en la cruz y de propagar la peste por la Europa medieval, ese pueblo que una vez sufrió uno de los mayores exterminios étnicos de la historia y que ahora parece sufrir amnesia de lo que es el terror y la persecución.

Ese pueblo que durante miles de años ha sufrido una persecución casi sin cansancio ahora ha dejado de ser la victima pasando a ser depredador, el brazo armado de un Imperio de horror, hambre, destrucción, guerra … Ellos son los verdaderos terroristas, un terrorismo de estado permitido por la comunidad internacional. Apoyado por Estados Unidos en su supuesta lucha por la libertad y contra el terrorismo.

No con tildar a Israel y a Estados Unidos de naciones terroristas justifico las acciones de los grupos integristas islámicos, pero debemos llamar a las cosas por su nombre, y las acciones de ambos estados es terrorismo legal.

Palestina tiene todo su derecho a luchar por la liberación de sus gentes de esa opresión que les subyuga ya desde hace muchos años, condenando la vida de miles de personas a una sensación de miedo; miedo por no saber si volverán a sus casas junto a sus familias cada vez que salen a trabajar, miedo cada vez que acuden a la escuela, miedo cada vez que salen a la calle …
Acabemos con este imperio de terror, no colaboremos con sus multinacionales, las verdaderas dueñas de este planeta. Hagamos un boicot a su sistema capitalista, día a día la clase trabajadora ha de ir conquistando un mundo sin fronteras ni odios patrios o raciales … Llegará la noche en que amanezca un nuevo sol, el sol de la anarquía.

"Hay cientos de historias como ésta que ningún fabulador por perverso que fuese podría urdir mejor.

Un muchacho soñó que ponía una bomba y al día siguiente lo contó a sus amigos.No conozco su nombre pero sigue en la cárcel.

Hasta soñar está prohibido en Palestina."

(Ángel Petisme)



Consume hasta reventar



A estas alturas todo el mundo (aunque es cierto que unos más que otros) sabe que el consumo y la crisis ambiental tienen relación, pero en realidad lo que trasciende son aspectos como que es mejor consumir unos productos que otros, algunas campañas éticas contra la explotación laboral infantil, el consumo de productos más limpios, el uso del transporte público o el reciclaje.

Las personas con sensibilidad ecológica ya conocen todo esto, sin embargo sigue faltando un cuestionamiento de los aspectos centrales del consumo, ya que entran en completa colisión con el sistema económico dominante. Este cuestionamiento nos somete a tensas contradicciones que nos interrogan pues atacan a la base de nuestra socialización.
Nos estamos educando en un sistema, el capitalista, en el que cada vez se están mercantilizando más aspectos. Como llega un momento en el que no hay más necesidades básicas que cubrir surge la necesidad de crear nuevos espacios de crecimiento económico y se comienzan a mercantilizar todos los aspectos de la vida, y eso significa que pagamos por cosas que antes no se pagaba. Por ejemplo, el agua que antes era gratis, que estaba en los ríos y se podía consumir, ahora hay que comprarla en botellas de plástico, pero la cosa va más allá, la diversión se consigue cada vez más a golpe de talonario, la industria del ocio se ha convertido en un negocio en auge, de modo que estamos viendo como las nuevas plazas públicas de nuestras ciudades son ahora los centros comerciales.

Mientras esta privatización se hace cada vez más evidente, el afán consumista se va extendiendo por todo el planeta. El propio uso masivo de los bienes genera nuevas necesidades y éstas un nuevo consumo en una espiral creciente que parece difícil de frenar. Cada capricho se convierte en un deseo, y cada deseo en una necesidad, y el siguiente paso es no tener más remedio que consumir para sentirse bien con uno mismo.
Pero lejos de darnos cuenta de todo esto, lo que ha ocurrido es que se ha incorporado al conjunto de saberes colectivos una serie de principios que legitiman el sistema: el progreso es igual al crecimiento económico y la máxima posesión de bienes, la calidad de vida depende directamente de los avances tecnológicos, se valoran las necesidades por encima de los recursos, hay una primacía del presente sobre el medio y largo plazo (cultura del usar y tirar). En definitiva, se valora lo económico por encima de casi todo.
Se ha creado socialmente una idea falsa de soberanía del consumidor y libertad, cuando en realidad lo que existe es una mayor dependencia. No se elige si consumir o no, sólo qué marca consumimos. No se plantea la reducción en el consumo. Por ejemplo no nos planteamos si usar o no desodorante, porque socialmente tenemos asumido que no utilizarlo es de personas que cuidan demasiado poco su aseo personal, así que en definitiva esa libertad que tenemos los consumidores se limita, en muchos casos, a comprar la marca que más nos convence.
Además hay un factor importante a tener en cuenta que ha producido un cambio importante en los hábitos de compra. El nivel de consumo no viene dado por lo que se necesita, sino por lo que uno se puede gastar, y con las tarjetas de crédito existe la posibilidad de gastar el dinero que realmente no se tiene.
La primera consecuencia de todo esto es que el consumismo lleva inevitablemente asociado el deterioro ecológico. Se produce un alejamiento del entorno. La instantaneidad del usar y tirar se opone frontalmente a los procesos naturales, que son duraderos y perdurables. Preservar, restaurar, cuidar exige tiempo y esfuerzo.
Pero, además, el consumismo lleva asociado el deterioro social, hay una pérdida del sentido común colectivo en favor del individualismo. Se produce una pérdida de valores, las formas de vida tradicionales se pierden, la austeridad, la laboriosidad, el placer del trabajo bien hecho. Han quedado demolidos por la publicidad, que los tacha de primitivos, antiguos, aburridos...
Una sociedad que considera el consumo como una medida del cumplimiento de los proyectos vitales, como un modo de realizarse, es una sociedad que está poniendo trabas al mantenimiento de la vida en el futuro y en el presente.

Manifiesto Anarquista



El anarquismo es la filosofía política menos entendida, quizás porque combate todo orden establecido que tenga Estado o autoridades; sin importar quien o quienes ejerzan esos poderes represores, los cuales son nuestros enemigos, porque son enemigos de la libertad, hasta que los hayamos destruido.
Los anarquistas buscan maximizar la libertad para todos. Nosotros creemos que toda la gente debe ser tan libre como sea posible para determinar sus propios destinos y actividades, sólo con los límites requeridos para el respeto de los derechos iguales de los otros. Esta libertad será actual y práctica, sin obstrucción de prohibiciones legales innecesarias. Una libertad social que permita el total desarrollo individual.
No a la autoridad, al militarismo, las clases y jerarquías. Todas las personas deben ser consideradas como iguales. Nadie tiene el derecho de esperar obediencia de los demás.
Contra las naciones. Como una forma coercitiva de relaciones sociales basadas en las jerarquías, las naciones oprimen y silencian a los individuos. Las estructuras nacionales deben ser destruidas en cualquier lugar donde sean reconocidas. Los nacionalismos son religiones asquerosas que no hacen mas que dividir y enemistar a los pueblos para proteger los intereses de la clases privilegiadas y garantizar la división internacional del trabajo, el funcionamiento del capitalismo mundial. Hermandad y unión entre los pueblos, la humanidad es una sola. Nuestra patria es la tierra.
Sin oposición a la organización. La anarquía esta basada en la organización y la cooperación entre iguales, libre de relaciones de poder opresivas. Estamos opuestos a los tipos de organización basadas en la autoridad y jerarquía o a aquellas que poseen innecesaria regimentación y subordinación de los individuos o contra las que destruyen la creatividad individual. Estamos implacablemente opuestos a la centralización del poder.
Necesidad de la democracia directa. La decisión de la mayoría debe ser respetada. Lo ideal son las decisiones consensuales, pero cuando el consenso no existe, se necesitan los procedimientos democráticos directos. La democracia representativa y parlamentaria es un fraude que separa al gobierno de la gente, controla nuestras vidas y genera apatía entre la ciudadanía. La democracia representativa es la posibilidad de elegir qué representante de la clase privilegiada nos va a explotar y reprimir. El poder real de la democracia radica en las manos de la gente creando las decisiones mediante el voto en el lugar de trabajo y las comunidades autogestionadas.
Destrucción del Estado. El Estado, un gobierno el cual hace de si mismo una separación desde y sobre la gente es siempre un opresor. Tiene sus propios intereses: su forma natural es la burocracia y el militarismo, la policía y las fuerzas de seguridad son sus armas. El control del Estado es la ilusión que corrompe a los revolucionarios. En tanto el Estado exista, habrá división de clases. En tanto el Estado exista, no seremos libres. El Estado y el capitalismo deben ser destruidos y superados simultáneamente.
Fin de la propiedad privada. Libertad sin el significado de su ejercicio, es un fraude. El monopolio capitalista de los medios de producción y su control sobre la sociedad nos esclaviza como si un revolver estuviera apuntando sobre nuestras cabezas. La verdadera igualdad social necesita el igual acceso a los medios de producción de todos los hombres. Por esta razón los anarquistas son socialistas (lo que no indica que todos los socialistas sean anarquistas).
Necesidad de un cambio revolucionario en la totalidad. Las estructuras capitalistas tales como el Estado, la Patria, la religión institucional, etc., desaparecerán cuando se cree un mundo libre de opresión. Estas mismas estructuras destruyen la libertad, por lo tanto deben desaparecer total y simultáneamente. Como el cambio debe ser radical deben envolver la totalidad del orden existente, no podemos esperar un cambio del estilo reformista dentro de ese orden.
La liberación y la revolución son nuestras actividades, no nuestros fines, por lo tanto debemos conseguir la libertad sin métodos autoritarios y con la destrucción del Estado.
No reconocimiento de lideres. Nadie puede tener en sus manos la responsabilidad de nuestras propias vidas, sólo nosotros podemos liberarnos. El único líder que reconocemos es la libertad. Si nadie vive, trabaja o estudia por nosotros, que nadie decida por nosotros.
Buscamos un futuro libre de opresión, con gente viviendo en comunidades y en control de sus propias vidas. Con una sociedad que se gobierne a si misma a través del trabajo comunitario, la cooperación y la organización conjunta. Creemos en una sociedad donde las decisiones económicas sobre la producción y distribución, las cuales nos afectan a todos, sean tomadas democráticamente sin caer en manos de privilegiados o unos pocos selectos.
El socialismo en libertad. Libres de los destructivos imperativos del capitalismo podremos vivir en armonía con nuestros semejantes, usando la tecnología para nuestro propio provecho y no para el de nuestros patrones y, también, escapar de las guerras derivadas de las necesidades del capitalismo y del Estado para extender su dominio.
Solamente nosotros construiremos la LIBERTAD.