jueves, 31 de julio de 2008

Libertad


Sobre mis cuadernos de escuela,

sobre el pupitre, sobre el roble,

sobre la nieve y en la arena

escribo tu nombre.
Sobre las páginas leídas,

sobre las páginas incólumes-piedra,

sangre, papel, ceniza

escribo tu nombre.
En las imágenes doradas,

sobre los signos de la Corte,

sobre tizonas y corazas

escribo tu nombre.
Sobre el desierto y en la jungla,

sobre la infancia de las voces,

sobre la rama y en la gruta

escribo tu nombre.
Sobre el pan blanco de los días,

sobre el prodigio de la noche,

sobre la flor y las vendimias

escribo tu nombre.
Sobre los cielos que azulan

en los estanques muertos soles;

sobre los lagos

vivas lunas

escribo tu nombre.
Sobre las colinas remotas,

en las alas de los gorriones,

sobre el molino de las sombras;

escribo tu nombre.
Sobre los hálitos del alba,

sobre la mar y sus galeones,

sobre la demente montaña,

escribo tu nombre.
Sobre el vellón de los espacios

y el estertor de los ciclones,

sobre el limo de los chubascos,

escribo tu nombre.
Sobre las formas cintilantes,

sobre la pátina del bronce,

sobre las físicas verdades,

escribo tu nombre.
Sobre las rutas desveladas

y las sendas sin horizonte,

sobre las mareas humanas,

escribo tu nombre.
Sobre la llama que fulgura,

Sobre la llama que se esconde,

sobre los techos que se juntan,

escribo tu nombre.
Sobre la fruta en dos partida

del espejo que me recoge;

en mi lecho concha vacía

escribo tu nombre.
Sobre mi can goloso y tierno

y en la oreja que atenta pone,

sobre su salto poco diestro,

escribo tu nombre.
Sobre la grada de mi puerta,

sobre la loza y los arcones,

sobre las ascuas de la leña,

escribo tu nombre.
Sobre la carne que se entrega,

en la faz del amigo noble,

sobre la mano que se estrecha,

escribo tu nombre.
Sobre el vitral de los secretos,

sobre las bocas ya sin voces,

sobre los más hondos silencios,

escribo tu nombre.
Sobre el albergue derruido,

sobre el escombro de mi torre,

sobre los muros de mi hastío

escribo tu nombre.
Sobre la ausencia sin deseos,

sobre mi soledad insomne,

sobre los lúgubres aleros,

escribo tu nombre.
Sobre la calma que retorna,

sobre los extintos pavores,

sobre el anhelo sin memoria,

escribo tu nombre.
Y en el poder de tu palabra

mi vida vuelve a comenzar:

he renacido a tu llamada

para invocarte:


LIBERTAD!!

Paul Eluard

Versión de Carlos López Narváez


A todos aquell@s que luchan día a día por un mundo más justo, más igualitario, más humano… más nuestro. Porque aunque sea un fruto que tal vez no veamos crecer, hay que sembrarlo…

Por la libertad de los pueblos oprimidos, los presos de conciencia y los obreros!

lunes, 28 de julio de 2008

Contra el fascismo, contra el capital


El pasado jueves 24 de julio de madrugada se produjo en el distrito de Arganzuela un nuevo episodio de violencia fascista: un grupo de neonazis armados atacaron a pedradas el Centro Social La Traba (C/ Batalla de Belchite, 17) al grito de “¡Heil Hitler!”, “Arriba España” y “os vamos a pegar fuego”. Intentaron entrar forzando una puerta y tras ver frustradas sus intenciones finalmente se retiraron del lugar. Al pie del edificio, entre los cascotes, fue encontrada una porra extensible rota y una navaja abierta. Este ataque no se entiende sin conocer que La Traba es un espacio activo en la denuncia del fascismo y la xenofobia, implicado en las luchas vecinales y laborales contra la privatización de los servicios públicos y empeñado en construir alternativas de ocio para la juventud.

El incremento de la actividad fascista y racista en Arganzuela es alarmante: pintadas, amenazas, agresiones... Bajo la máscara de "patriotas" y "españoles", gentuza sin escrúpulos se dedica a sembrar el miedo y el terror en nuestros barrios, en nuestro distrito. El cobarde asesinato de Carlos Palomino el pasado 11 de noviembre, el destrozo de la placa de homenaje a éste por grupos de ultraderecha el 12 de abril, la proliferación de propaganda abiertamente xenófoba, como la que vemos a diario en el barrio que interesadamente habla de "los altos niveles de delincuencia extranjera". Ahora esto... No podemos esperar más. No debemos esperar más.
Al mismo tiempo, en Madrid se suceden los asaltos a sedes políticas y las agresiones fascistas en Vallekas, Barrio del Pilar, Villaverde, Soto del Real, Alpedrete, Alcalá... no hablamos de casos aislados sino de una constante que nada tiene que ver con las supuestas “peleas de bandas” que difunden determinados programas de televisión de manera sensacionalista.

Más bien tiene que ver con el proceso de reacciones ultraderechistas que se están produciendo de forma creciente en nuestra sociedad ante la desintegración y falta de cohesión social que traen consigo las crisis económicas del sistema capitalista, en su afán de perpetuar la lógica de la explotación y el máximo beneficio.
No es casualidad que las luchas sociales estén en alza, no todo el mundo está dispuesto a agachar la cabeza cuando desde el Gobierno y la Patronal se nos dice que somos los trabajadores/as y los jóvenes/as quienes tenemos que sufrir la dureza de la crisis mientras los de “arriba” tienen sus bolsillos llenos de dinero.

El movimiento antifascista de Madrid está fuerte en su denuncia de que no queremos nazis ni en las urnas ni en las calles. El proceso de privatización de la sanidad y la educación ha multiplicado las movilizaciones de trabajadores, estudiantes y vecinos/as en los últimos meses, también en el distrito de Arganzuela como el caso de la lucha en defensa del Ambulatorio de Pontones (C/ Ronda de Segovia, 52). Además, en los últimos meses se han sucedido las huelgas de trabajadores/as en el sector de las comunicaciones, los transportes y los servicios.

Vemos cómo los sectores más rancios del sistema no pueden soportar que la gente luche por sus derechos en vez de callar; les duele la rebeldía popular y por eso intensifican sus agresiones callejeras y su actitud mafiosa ante la cual no nos queda más remedio que defendernos. Sobre todo cuando comprobamos otro hecho particularmente siniestro: la dejadez e inacción de las autoridades, instituciones y Cuerpos de Seguridad del Estado, ante un problema de esta envergadura. La inacción de las instituciones se traduce en impunidad para los criminales, frente a quienes luchan por la igualdad, la justicia y la dignidad. Por eso queremos dejar bien claro que la impunidad fascista no detendrá las luchas sociales.