sábado, 5 de enero de 2008

Surgimiento del movimiento punk



El movimiento punk nace en la década de los 70, se puede decir en "dos ciudades" más o menos en la misma época. Por un lado Nueva York y por el otro lado Londres. Luego evoluciona por distintos caminos, este estilo se redefine a si mismo y colapsa para volver a surgir. No tarda en extenderse por todo el mundo como estilo musical, como ética y hasta como forma o actitud hacia la vida. Fundamentalmente el punk llevó la agrupación de rock a la gente común, contra el músico-estrella de rock virtuoso, la juventud tomaba el mando desde abajo produciendo su propio entretenimiento, redefiniendo la cultura rock y dandole glamour a los desechos de una sociedad en decadencia económica. Esta es la historia del punk rock, o una aproximación.

El punk rock, música que escuchan los jóvenes londinenses, llega a su orgasmo en 1977, fue un año clave para el punk y para el rock que vendría después. Hasta ese año todavía existía Sex Pistols y la corte de grupos que daba forma al movimiento todavía tenían una mística en la que creer: su rechazo genuino al mundo de los grandes, su desvergüenza para decir y escupir sobre cuanto les pareciera una hipocresía del sistema. The Clash, le dieron forma, le dieron la rebeldía "politizada" al punk ( y un poco de música mas agradable). Inglaterra estaba pasando un malísimo momento económico, la juventud no tenía nada que hacer, después de estudiar durante años, salían a la calle y no encontraban trabajo, vivían mantenidos por miserables "sueldos para desempleados" que pagaba el estado.
El nombre "punk" (mocoso, basura, inservible) fue el nombre que le dio la prensa a estos grupos de jóvenes que empezaban a dudar sobre la belleza , a cuestionar los ídolos , a cuestionar la sociedad y a rechazar la hipocresía.
La industria cultural había generado un cúmulo de grandes escenarios, donde mega estrellas pop llenas de luces, vestuario y contratos millonarios con las grandes discográficas, simbolizaban la realidad de un estilo de vida que no identificaba a muchos jóvenes que se sentían día a día cada vez más marginados por el sistema. Londres fue el epicentro, la crisis del petróleo sumada a otros factores, habían traído como resultado una importante desocupación, crecimiento de los barrios pobres, falta de respuestas y la perspectiva de un horizonte negro a aquellos sueños de realización que habían sido la meta de las generaciones anteriores, Inglaterra comenzaba una guerra contra Argentina por las islas Malvinas.

La distancia entre la producción cultural y la realidad a la que se enfrentan muchos jóvenes de la generación de esa época se fue haciendo tan evidente que la grieta comenzó a originar un emergente. Algunos invirtieron el dinero, que les daban en las interminables colas de desempleo, en una guitarra. En los garajes se empezaron a escuchar ruidos, los chicos no tenían ni tiempo ni dinero para aprender lo que la sociedad decía debía saberse para empuñar un instrumento. Las guitarras se convirtieron en fusiles, tenían mucho que decir y para eso no hacía falta tener una voz privilegiada sino todo lo contrario, una voz que gritara realidades. El underground estaba tomado, ya no habitado por proyectos de estrellas sino por la más significativa muestra de respuesta cultural a la cultura dominante, muchos jóvenes estaban demostrando que su mundo no tenía nada que ver con el que las generaciones anteriores habían soñado. Todos los símbolos, los parámetros estéticos y todo lo que representara la sociedad quedaba del otro lado de la valla que la misma realidad les había impuesto. La cuestión era diferenciarse de ese sistema que los había marginado por completo. Crestas que se elevaban por sobre los engominados y prolijos cabellos de los Lores. Borceguíes y ropa militar de fajina, que además de ser la única accesible por provenir de las remesas de tiendas militares, denotaban una posición alejada del utópico sueño de paz y amor de la generación hippie y una actitud de lucha contra los parámetros sociales. Como toda cultura alternativa, contracultural, generó su propio circuito, tiendas como la de Malcon McLaren donde la ropa reciclada era la opción, lugares donde los grupos se reunían ante un precario escenario y pequeñas discográficas como Chiswick que nucleaban a la escena musical punk.

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